Estimada, si estas leyendo estas palabras, estoy seguro que en algún momento de la vida has visto o padecido algún acto de violencia, ya sea en tu agravio o de algún ser querido.
En la mayoría de ocasiones, encontrarás diversa literatura que buscará explicarte los hechos que constituyen violencia; sin embargo, hoy me permito compartir y aclararte algunas dudas que en ti pueden ocurrir respecto de lo que te está pasando.
Debo contarte que lo más difícil en la sociedad es aprender a afrontar la posición, que, por casualidad o destino, acogimos en la vida. Sin embargo, debes luchar contra dicha imposición. La única dirección de tu vida, la tienes tú. No dependes de nadie para continuar.
Aprende a canalizar la realidad, el sistema te mostrara las mayores miserias de la sociedad, para, desilusionarte y olvidar tu condición. No retrocedas, una buena forma de confrontar esta ignorancia, es estudiando. Pregúntate qué medida normativa sirve para proteger lo que concretamente te está ocurriendo. No faltarán las amigas entre comillas, que pedirán tolerancia, más allá de tu propia existencia. No vaciles.
Debes aprender, que, en el tiempo, modo y forma de la situación de violencia, la primera lucha es consigo mismo. Tienes un deber democrático: importas como fin, tu dignidad es siempre lo primero.
Obviar las circunstancias de tu consentimiento, conlleva a que destruyas lo más valioso del ser humano: tu esencia. Cuida de ti; porque el sistema, muchas veces necesitará más de ti, que de alguien que te represente. No ignores.
Reconduce la naturaleza de las cosas. No eres una imposición, eres el alcance de tu fortaleza y seguridad que habrás encontrado luego de haber investigado y priorizado en el devenir del desarrollo del problema. Afrontar un hecho de violencia, no constituye un acto vergonzante, por ello, planifica la demostración de cada intención dañosa en tu contra, recaba con minuciosidad cada acto que consideres ilegitimo para tu dignidad.
No grites irrazonablemente, tu argumento se vuelve más fuerte por la firmeza de las razones que encontrarás siguiendo al pie de la letra estas pautas, no por intuición, si no por demostración.
Recuerda que tu dolor importa. Ningún argumento podrá hacerte sentir diferente. Debes preguntarte ¿estoy realmente respetando mi esencia y dignidad como persona al tolerar esto? Si la respuesta es negativa, deberás releer esta carta y emprender cada uno de los consejos que contiene.
Finalmente, colabora, el tiempo y las construcciones que hemos conversado, no siempre serán compartidas por todas. Tu misión adicional en la vida, es impedir que otra mujer sufra o mantenga innecesariamente inquietudes que frustren el deber de autodefenderse. ¡Lucha!
Abogado especialista en derecho público, derecho administrativo y litigación estratégica para la protección de derechos fundamentales. Su amplia experiencia en asesoría gubernamental y en litigio de procesos individuales y colectivos fortalecen su alto nivel profesional.
Ultimos comentarios (1)
Brillante aporte jurídico.